La historia de la Escuela Municipal de Valparaíso de Bellas Artes, comienza en el año de 1960 y su funcionamiento desde 1961. Ha tenido a través del tiempo tres grandes procesos en su concepción curricular: la primera al constituirse en torno a talleres dirigidos por un maestro de reconocida trayectoria en el arte de hacer, una segunda etapa en la que paulatinamente se incorporan los primeros egresados y asumen la línea del oficio bien hecho, una tercera donde se estructuran títulos y grados junto a una obligatoriedad que garantiza el sentido de escuela entendida como disciplina intelectual que ordena nuestros actos.
La visión fundante del Alcalde Guillermo Winter Elizalde, junto al primer director Lajos Janosa, inscribió los nombres en el la mas noble de las historia: la Historia del Cultura. Una historia de la cultura que en Valparaíso ha estado atravesada de aciertos, por una parte, y de desaciertos propios de una barbarie quizá la mas temible –como diría Ortega y Gasset- la del bárbaro ilustrado, aquél que teniendo un título universitario no se condice con la cultura que ese título supuestamente conllevaba, al convertirse estos títulos en meros habilitantes para ejercer oficios remunerados, perdiendo su carácter de universal.
Y esto ha sido muchas veces un gran impedimento tanto para la ciudad como, y en consecuencia directa, para la Escuela. Escuela que ha tenido que funcionar desde la precariedad en todo orden, donde el espíritu visionario del Alcalde Fundador no ha sido acogido sino esporádicamente por quienes le sucedieron en la máxima responsabilidad edilicia.
Una luz de esperanza –hasta la fecha no ha sido mas que eso- la constituyó la creación de la Secretaría de la Cultura y las Artes, institución cuyo accionar se esperaba que no solo tendería a crear instituciones culturales sino y principalmente asumir un rol preponderante ante la institucionalidad cultural heredada. Cabe aun la esperanza, de otra forma se funcionará haciendo tabla rasa de lo que ha sido una historia heroica como lo es la de Escuela Municipal de Bellas Artes de Valparaíso.
¿Qué hace a esta Escuela ser lo que es? Aquí aparece el origen, ese siempre referenciable cuando todo parece ser incierto: el espíritu de los maestros, tanto de los de ayer como de los de hoy. El trabajo con tesón en el arte, con la convicción de que el artista es el depositario del inconsciente colectivo de la sociedad y se yergue con la verdad estructurada día a día, intuitivamente. Es en esa atmósfera donde el alumno va adoptando posiciones ante el arte, ante el mundo que es su entorno, y muy fundamentalmente ante si mismo. Por qué en conclusión: a quien sino al estudiante es que converge todo y es el estudiante quien rinde cuenta ante el juez mas severo: su propio Yo. La Escuela le ayuda, los logros son del estudiante, por eso en este sentido la Escuela no se viste con los logros del estudiante o lo contrario. Es la individualidad mas plena la que está en juego, donde la primera responsabilidad está en el estudiante. Si alguien pensó que estudiar arte era fácil, ya habrá caído en cuenta que no es así.
Aquí esta el planteamiento del vaso medio lleno: unos verán la parte vacía, otros la que hay por llenar, y esa parte es de exclusiva responsabilidad individual de quienes conforman la Escuela.
Una mirada propia...se inicia con esta exposición titulada; Tome la "O" ,de los artistas-docentes en este espléndido lugar patrimonial como lo es el Museo Lord Cochranne.
Esta exposición da cuenta de las aportaciones de artistas docentes: David Contreras Grabador; Gonzalo Tobella, Escultor, Profesor de Dibujo; Henry Serrano, Escultor; Pamela Gallegos, Escultora, Docente de Historia del Arte; Juan Delsante, Escultor, Director Docente; Cesar Gaete, Pintor Docente; Humberto Parada, Pintor; Luisa Ayala, Docente Plástica Infantil y Adolescente; Leticia Ruiz, Cátedra de Dibujo.
Cada uno de ellos presentan una larga , meditada y esforzada labor practica-teórica mediante sus obras. Obras para generar miradas desde y hacia sus propios lenguajes de cada una de las especialidades que ejercen en sus talleres.
El concepto de Bellas Artes podría inducir a error a aquellos que piensen que continua existiendo una pugna entre lo que era la academia y las vanguardias. Lo de Bellas Artes es un concepto dinámico y el nombre se mantiene por su asentada tradición patrimonial. Lo de Bellas Artes en la Escuela se entiende en el concepto de que el lenguaje visual que se cree debe obedecer a una disciplina intelectual donde converge la idea con su materialización correspondiente, en una fusión indivisible, donde el acto es la obra con toda su fuerza.
Las prácticas de taller es la modulación del lenguaje que una vez dominadas permiten -a la mente que crea- hacerlas evidentes.
De allí que los colores, formas y texturas, se hacen propias y podríamos decir que constituyen tres elementos distintivos de Bellas Artes. Un centro con un proceso paulatino donde se elaboran los primeros pasos en la creación artística.
La Escuela de Bellas Artes de Valparaíso, situada en un cerro de Valparaíso, se dedica a la enseñanza y las vinculaciones del arte tanto con la naturaleza como con la sociedad, en un contexto de un arte contemporáneo siempre cambiante y propositivo, con plena conciencia de estar en una ciudad Patrimonial, capital legislativa, capital de la cultura y las artes, con la convicción que desde su precariedad financiera aporta y enriquece la vida cultural de nuestra ciudad.
Desde mi perspectiva puedo señalar que los grandes protagonistas son los docentes-artistas de esta Escuela, quienes con su dedicación dejan constancia mediante sus obras ante la ciudad y especialmente ante sus alumnos. Exponen y se exponen con sus visiones que han marcado épocas concretas de sus vidas. La posibilidad de aproximación al arte que estos docentes-artistas ofrecen permite conocer más sobre el proceso de trabajo, para constituirse en un referente para los alumnos y éste se planteé cuál es su dinámica, desafiado a asumir el compromiso de que el discípulo se inscribe en ampliar las fronteras del arte.
Lo anterior entendido que toda formación en arte imprime un sello, una impronta, que el alumno debe reoriginar ya sea ratificándolo o negándolo, en uno u otro sentido será capaz de hacerlo en la medida que se haya provisto de las armas para hacerlo. Si esto acontece, la Escuela habrá cumplido cabalmente con su objetivo: la creación sin límites y la independencia plena que es la libertad para llegar a ser un artista.
Poéticamente podríamos decir que las especialidades que se cultivan en la Escuela, se definen de la siguiente manera:
Escultura: la espacialidad sin límites.
Dibujo: el punto infinito.
Pintura: desde la ausencia hasta la explosión del color.
Grabado: el trazo que roza o hiere.
Instalación: un lenguaje metafísico hablante.
Valparaíso se ha planteado cultivar su espíritu, en consecuencia será una ciudad con cultura. Será propia esa cultura en la medida que asuma su institucionalidad cultural con seriedad, de otra forma, será una tarjeta portal donde no habrá contenido. La actitud es importante pero no basta.
La visión fundante del Alcalde Guillermo Winter Elizalde, junto al primer director Lajos Janosa, inscribió los nombres en el la mas noble de las historia: la Historia del Cultura. Una historia de la cultura que en Valparaíso ha estado atravesada de aciertos, por una parte, y de desaciertos propios de una barbarie quizá la mas temible –como diría Ortega y Gasset- la del bárbaro ilustrado, aquél que teniendo un título universitario no se condice con la cultura que ese título supuestamente conllevaba, al convertirse estos títulos en meros habilitantes para ejercer oficios remunerados, perdiendo su carácter de universal.
Y esto ha sido muchas veces un gran impedimento tanto para la ciudad como, y en consecuencia directa, para la Escuela. Escuela que ha tenido que funcionar desde la precariedad en todo orden, donde el espíritu visionario del Alcalde Fundador no ha sido acogido sino esporádicamente por quienes le sucedieron en la máxima responsabilidad edilicia.
Una luz de esperanza –hasta la fecha no ha sido mas que eso- la constituyó la creación de la Secretaría de la Cultura y las Artes, institución cuyo accionar se esperaba que no solo tendería a crear instituciones culturales sino y principalmente asumir un rol preponderante ante la institucionalidad cultural heredada. Cabe aun la esperanza, de otra forma se funcionará haciendo tabla rasa de lo que ha sido una historia heroica como lo es la de Escuela Municipal de Bellas Artes de Valparaíso.
¿Qué hace a esta Escuela ser lo que es? Aquí aparece el origen, ese siempre referenciable cuando todo parece ser incierto: el espíritu de los maestros, tanto de los de ayer como de los de hoy. El trabajo con tesón en el arte, con la convicción de que el artista es el depositario del inconsciente colectivo de la sociedad y se yergue con la verdad estructurada día a día, intuitivamente. Es en esa atmósfera donde el alumno va adoptando posiciones ante el arte, ante el mundo que es su entorno, y muy fundamentalmente ante si mismo. Por qué en conclusión: a quien sino al estudiante es que converge todo y es el estudiante quien rinde cuenta ante el juez mas severo: su propio Yo. La Escuela le ayuda, los logros son del estudiante, por eso en este sentido la Escuela no se viste con los logros del estudiante o lo contrario. Es la individualidad mas plena la que está en juego, donde la primera responsabilidad está en el estudiante. Si alguien pensó que estudiar arte era fácil, ya habrá caído en cuenta que no es así.
Aquí esta el planteamiento del vaso medio lleno: unos verán la parte vacía, otros la que hay por llenar, y esa parte es de exclusiva responsabilidad individual de quienes conforman la Escuela.
Una mirada propia...se inicia con esta exposición titulada; Tome la "O" ,de los artistas-docentes en este espléndido lugar patrimonial como lo es el Museo Lord Cochranne.
Esta exposición da cuenta de las aportaciones de artistas docentes: David Contreras Grabador; Gonzalo Tobella, Escultor, Profesor de Dibujo; Henry Serrano, Escultor; Pamela Gallegos, Escultora, Docente de Historia del Arte; Juan Delsante, Escultor, Director Docente; Cesar Gaete, Pintor Docente; Humberto Parada, Pintor; Luisa Ayala, Docente Plástica Infantil y Adolescente; Leticia Ruiz, Cátedra de Dibujo.
Cada uno de ellos presentan una larga , meditada y esforzada labor practica-teórica mediante sus obras. Obras para generar miradas desde y hacia sus propios lenguajes de cada una de las especialidades que ejercen en sus talleres.
El concepto de Bellas Artes podría inducir a error a aquellos que piensen que continua existiendo una pugna entre lo que era la academia y las vanguardias. Lo de Bellas Artes es un concepto dinámico y el nombre se mantiene por su asentada tradición patrimonial. Lo de Bellas Artes en la Escuela se entiende en el concepto de que el lenguaje visual que se cree debe obedecer a una disciplina intelectual donde converge la idea con su materialización correspondiente, en una fusión indivisible, donde el acto es la obra con toda su fuerza.
Las prácticas de taller es la modulación del lenguaje que una vez dominadas permiten -a la mente que crea- hacerlas evidentes.
De allí que los colores, formas y texturas, se hacen propias y podríamos decir que constituyen tres elementos distintivos de Bellas Artes. Un centro con un proceso paulatino donde se elaboran los primeros pasos en la creación artística.
La Escuela de Bellas Artes de Valparaíso, situada en un cerro de Valparaíso, se dedica a la enseñanza y las vinculaciones del arte tanto con la naturaleza como con la sociedad, en un contexto de un arte contemporáneo siempre cambiante y propositivo, con plena conciencia de estar en una ciudad Patrimonial, capital legislativa, capital de la cultura y las artes, con la convicción que desde su precariedad financiera aporta y enriquece la vida cultural de nuestra ciudad.
Desde mi perspectiva puedo señalar que los grandes protagonistas son los docentes-artistas de esta Escuela, quienes con su dedicación dejan constancia mediante sus obras ante la ciudad y especialmente ante sus alumnos. Exponen y se exponen con sus visiones que han marcado épocas concretas de sus vidas. La posibilidad de aproximación al arte que estos docentes-artistas ofrecen permite conocer más sobre el proceso de trabajo, para constituirse en un referente para los alumnos y éste se planteé cuál es su dinámica, desafiado a asumir el compromiso de que el discípulo se inscribe en ampliar las fronteras del arte.
Lo anterior entendido que toda formación en arte imprime un sello, una impronta, que el alumno debe reoriginar ya sea ratificándolo o negándolo, en uno u otro sentido será capaz de hacerlo en la medida que se haya provisto de las armas para hacerlo. Si esto acontece, la Escuela habrá cumplido cabalmente con su objetivo: la creación sin límites y la independencia plena que es la libertad para llegar a ser un artista.
Poéticamente podríamos decir que las especialidades que se cultivan en la Escuela, se definen de la siguiente manera:
Escultura: la espacialidad sin límites.
Dibujo: el punto infinito.
Pintura: desde la ausencia hasta la explosión del color.
Grabado: el trazo que roza o hiere.
Instalación: un lenguaje metafísico hablante.
Valparaíso se ha planteado cultivar su espíritu, en consecuencia será una ciudad con cultura. Será propia esa cultura en la medida que asuma su institucionalidad cultural con seriedad, de otra forma, será una tarjeta portal donde no habrá contenido. La actitud es importante pero no basta.
!!Mucho por hacer¡¡ .
45 años de Historia de la escuela, leido en la ceremonia de inauguración en la Casa Museo Lord Cochranne de Valparaíso
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